TIZIANO VECELLIO
(1477-1576)
PINTURA RENACENTISTA ITALIANA
ESCUELA VENECIANA
Figura principal de la escuela veneciana del siglo XVI y configurador de su tradición colorística y pictórica, Tiziano, cuyo nombre completo era Tiziano Vecellio, nació en Pieve di Cadore, al norte de Venecia, entre 1488 y 1490.
Hijo de Gregorio Vecellio y el segundo de cinco hermanos de una de las familias más importantes de Pieve. A los nueve años es enviado con su hermano Francesco a Venecia; ambos entran en el taller del mosaísta Sebastiano Zuccato. Pasa después al taller de los Bellini y, por último, al de Giorgione, que en la Venecia de aquel tiempo era el pintor que ofrecía mayores novedades y un estilo diferente, y que en realidad es su maestro. La primera intervención conocida de Tiziano se produce precisamente ayudando a Giorgione en los frescos del Fondaco deI Tedeschi, en 1508.
Etapa juvenil. La epidemia de peste de 1510 obliga a Tiziano a abandonar Venecia y pasar a Padua, donde trabaja en la decoración de la Scuola de S. Antonio con la representación de tres milagros del santo. En estas obras, a pesar de la juventud del artista, aparecen los rasgos definitorios de su pintura: gusto por el color, habilidad compositiva, y figuras ampulosas y serenas. En 1513 rehúsa la invitación de Pietro Bembo para pasar a Roma y prefiere ofrecer sus servicios a la República, que le encarga una Batalla para la Sala del Consejo Mayor. La muerte de Giorgione en 1510 había dejado dueño del ambiente pictórico veneciano a Tiziano, que abre su propio taller.
La primera etapa de la numerosa obra de Tiziano está marcada por la tradición de Giorgione, como se ve en la Alegoría de las tres edades de la vida (1513; Edimburgo), donde en un paisaje típicamente giorgionesco se destacan las figuras con una mayor monumentalidad y donde los colores fríos de Giorgione desaparecen en favor de una gama cromática más cálida. Con ocasión de las bodas de Nicolo Aurelio y Laura Bagarato ejecuta la discutida alegoría, mezcla de elementos paganos y cristianos, El amor sacro y el amor profano (1515; Galería Borghese, Roma), es una de sus obras maestras.
Temas mitológicos y retratos. En 1516 inicia sus contactos con la corte de Ferrara, cuyo duque, Alfonso I de Este, le encarga varios cuadros de tema mitológico y pagano, que Tiziano llamaba «poesías», para decorar su gabinete de alabastro en el castillo de Ferrara. La Bacanal es, según Lafuente Ferrari, «una antología definitiva del Renacimiento». Obra de hábil ritmo compositivo, como se aprecia en el contraste entre las ebrias figuras de los danzantes y el espléndido desnudo de la mujer del primer plano. Esta obra sirve de pretexto a Tiziano para desarrollar su concepto del desnudo de belleza armoniosa, pagana y sensual, y su gran talento para jugar con las luces y las sombras.
El Triunfo de Baco (1522-23; Londres) pertenece también a esta serie. Aquí el pintor se inspira en Catulo y Ovidio, y evidencia su profunda cultura clásica. El movimiento de las figuras cobra una vitalidad pagana y anticipa un cierto espíritu barroco.
Una parte importante de la actividad de Tiziano en el primer cuarto del s. XVI la constituye su obra como retratista. Los retratos se mantienen fieles a un esquema formal: figuras individualizadas, seguridad en el retratado de su posición social e indagación psicológica. Sigue en un principio las directrices de Giorgione y luego busca su propio camino. Así, el retrato de Vicenzo Mosti (1520; Pitti), los de los dogos Grimani y Gritti (1523; Palacio Ducal, Venecia) y el de Federico Gonzaga (1525; Prado), cuyo rostro de noble y serena expresión destaca entre las bellas tonalidades azules del suntuoso traje.
En 1525 contrae matrimonio con Cecilia, con la que mantenía relaciones amorosas desde tiempo atrás y que ya le había dado dos hijos.
1530 es un año decisivo en su vida y su obra, ya que entonces conoce al emperador Carlos V en Bolonia, con motivo de su coronación imperial por el Papa Clemente VII. Carlos V se convierte en el gran mecenas del pintor véneto, quien a su vez es el retratista áulico del poderoso monarca, que le concede los títulos de conde palatino y caballero de la espuela de oro. Los retratos que Tiziano realiza en ese periodo responden a una nueva exigencia motivada por el rango de los modelos. Al realismo objetivo y sin concesiones del pintor se une ahora una idealización heroica. Pertenecen a este grupo el de Carlos V con su perro (1532; Prado), de preciosas entonaciones oro y plata; y el del Cardenal Ippolito de Medici (1532; Pitti), de arrogante presencia y expresión desafiante.
Etapa manierista. En 1532 comienza sus relaciones con el duque de Urbino, para el que realiza la Magdalena penitente (1533; Pitti), de cálidas tonalidades rojizas, en un paisaje patético y tormentoso. También pinta entonces la famosa Venus de Urbino (1538; Uffizi) una de sus obras más emblemáticas, de influencia giorgionesca, en la que plasma la belleza del cuerpo femenino con gran placidez y calma y que será punto de partida de otras venus posteriores y modelo para otros pintores como Velázquez y Goya. Empieza por entonces la etapa «manierista» de Tiziano, que ya se había manifestado anteriormente en algunos detalles del políptico de Brescia. Hasta 1550, se mueve en un mundo distinto, donde las formas se hacen más musculosas, los movimientos serpenteantes, las composiciones confusas y los contrastes muy fuertes. Así, La presentación de María al templo (1534-38; Academia, Venecia), de composición fatigosa y abundancia de elementos arquitectónicos, y la Alocución de Alfonso de Ávalos, marqués del Vasto (1540-41; Prado), que se inspira en la Alocución de Constantino de Giulio Romano en el Vaticano, con figuras retorcidas y abundancia de personajes. Es, sin embargo, La coronación de espinas (1542-44; Louvre) el cuadro que mejor define al Tiziano manierista, por el modo de resaltar los elementos plásticos y formales.
En el retrato, Tiziano se deja influir menos por la corriente manierista. Los retratos de esa época son más perfectos, con una perfección que viene dada por la unidad de visión entre figura y ambiente. Los personajes se muestran con evidente presencia física y espiritual y con clara expresión de su carácter. Así, la gravedad de D. Diego de Mendoza, embajador de Carlos V en Venecia (1540-45; Pitti), o la contenida astucia de Paulo III (1545-46; Nápoles).
De Roma a Augsburgo. La poderosa familia de los Farnesio logra que acepte una invitación para trasladarse a Roma, adonde llega en 1545. Tiziano es objeto de un cálido recibimiento por parte de los cardenales Bembo y Farnesio. En Roma, entra en contacto directo con el arte clásico, a través de las ruinas de la ciudad, y trabaja sin descanso. Pero, a pesar de las atenciones de los cardenales y de estar alojado en el Vaticano, no se encuentra a gusto, a causa de las intrigas de los artistas, y decide regresar a Venecia. En junio de 1546 abandona Roma para, a través de Florencia, llegar a su ciudad. De esta etapa romana es la Danae (1545-46; Nápoles), primera de una serie sobre este mismo tema encargada por el cardenal Octavio Farnesio. Sin embargo, la obra maestra de su breve estancia en Roma es el retrato de Paulo III con sus sobrinos Alejandro y Octavio Farnesio (1546; Nápoles).
En 1547 pasa a Augsburgo llamado por Carlos V. En esta ciudad alemana abre un activo taller para atender los encargos que le solicitaban los personajes que se habían reunido en Augsburgo con motivo de la Dieta del Sacro Imperio. De esa época data una de sus obras maestras como retratista: Carlos V en la batalla de Mühlberg (1548; Prado), de extrema sobriedad y sencillez, carente de énfasis y de retórica en favor de un acusado interés psicológico y expresivo. De igual calidad es el de Carlos V sedente (1548; Munich), magnífico de expresión y colorido, donde la materia pictórica parece disolverse perdiendo su consistencia. El retrato de Isabel de Portugal (1548; Prado) realizado cuando ya la Emperatriz había muerto, tomando como modelo un original flamenco, destaca por las tonalidades carmín de la lujosa vestimenta, la serenidad del modelo y el melancólico paisaje.
En octubre de 1548, está nuevamente en Venecia, pasando en diciembre de ese mismo año a Milán para retratar el príncipe Felipe, hijo del Emperador (el futuro Felipe II). En 1550, Carlos V le llama de nuevo a Augsburgo para que realice otro retrato de Felipe (1551; Prado), con objeto de enviarlo a María Tudor, reina de Inglaterra, futura esposa del príncipe. T. representa a Felipe II, que entonces contaba 24 años, con rica y adornada armadura en un hábil juego cromático y de luces y sombras. También de 1550 datan las dos versiones de Venus y el amor y Venus y la música (Prado), tema muy del gusto de Tiziano y donde el pintor da una perfecta interpretación de su ideal del desnudo femenino, al que envuelve en un colorido encendido y sensualmente preciosista.
Al igual que Carlos V, Felipe II gusta del arte del pintor véneto y le encarga obras de tema religioso y profano. De 1552 son: S. Margarita (El Escorial), donde los rasgos manieristas están acentuados por la densa estructura cromática; y S. Jerónimo (Milán), magnífico por el vigor de la representación y del color. Dentro de las obras mitológicas de tema pagano, pinta en 1553-54 Venus y Adonis y Danae (Prado). La primera está inspirada en Las metamorfosis de Ovidio y con ella alcanza su madurez en la representación del desnudo femenino. La Danae, con su factura rápida, sus contornos borrosos y su luz dorada y difusa, es la culminación de Tiziano. El contraste entre el bello cuerpo de mujer desnuda y la rústica vieja en la penumbra muestra la gran habilidad del artista para jugar con las luces y las sombras.
Último periodo. A partir de ese momento, la pintura de Tiziano pierde poco a poco materialidad para ganar en expresión cromática, como en El rapto de Europa (1559; Museo Gardner, Boston), Diana y Acteón y Diana y Calixto (1559; Galería Nacional, Edimburgo), donde su paleta abandona los detalles formales para indagar el proceso desmaterializador de la luz y del color. La muerte de su esposa y la de su íntimo amigo Pietro Aretino (1556) le dejan en una angustiosa soledad, que se refleja en las obras de su último periodo como en El entierro de Cristo (1566; Prado), de cálido colorido y técnica abocetada, y en La coronación de espinas (1570; Munich), donde abandona definitivamente los esquemas renacentistas por una atmósfera desolada y trágica, de extraordinaria fuerza expresiva. Su último Autorretrato (1567; Prado), de mirada fija y penetrante y «riqueza de color sin colores» (Lafuente Ferrari), y el retrato del anticuario Jacopo Strade (1567-88; Viena) anticipan esquemas y técnica de otro gran maestro: Rembrandt.
El fervor religioso de Tiziano se manifiesta en cuadros tan importantes como El martirio de S. Lorenzo (1554-67; El Escorial), obra ya decididamente barroca por la agitación de los personajes y los efectos del claroscuro.
Su última obra fue la Piedad (1570-76; Academia de Venecia), realizada para la capilla de la Crucifixión en la iglesia de Sta. María Gloriosa dei Frari, donde Tiziano quería ser, y fue, sepultado. En ella da el último gran mensaje de su arte, de su gran seguridad como pintor y una visión noble y grandiosa dentro de una atmósfera cromática, que llega casi a los límites de lo informal. La obra queda interrumpida por la muerte del artista (Venecia, 27 agosto 1576), víctima de la peste, y es terminada por Palma el Joven.
Leonardo Da Vinci (1452-1519)
LEONARDO
DA VINCI
(1452-1519)
PINTURA RENACENTISTA ITALIANA
ESCUELA FLORENTINA
Artista florentino y uno de los grandes maestros del Renacimiento, famoso como pintor, escultor, arquitecto, ingeniero y científico. Su profundo amor por el conocimiento y la investigación fue la clave tanto de su comportamiento artístico como científico. Sus innovaciones en el campo de la pintura determinaron la evolución del arte italiano durante más de un siglo después de su muerte; sus investigaciones científicas -sobre todo en las áreas de anatomía, óptica e hidráulica- anticiparon muchos de los avances de la ciencia moderna.
Leonardo nació el 15 de abril de 1452 en el pueblo toscano de Vinci, próximo a Florencia. Hijo de un rico notario florentino y de una campesina, a mediados de la década de 1460 la familia se instaló en Florencia, donde Leonardo recibió la más exquisita educación que esta ciudad, centro artístico e intelectual de Italia, podía ofrecer. Leonardo era elegante, persuasivo en la conversación y un extraordinario músico e improvisador. Hacia 1466 acude a formarse al taller de Andrea del Verrocchio, figura principal de su época en el campo de la pintura y escultura. Junto a éste, Leonardo se inicia en diversas actividades, desde la pintura de retablos y tablas hasta la elaboración de grandes proyectos escultóricos en mármol y bronce. En 1472 entra a formar parte del gremio de pintores de Florencia y en 1476 todavía se le menciona como ayudante de Verrocchio,
En 1482 Leonardo entra al servicio de Ludovico Sforza, duque de Milán, tras haberle escrito una carta en la que el artista se ofrecía como pintor, escultor, arquitecto, además de ingeniero, inventor e hidráulico y donde afirmaba que podía construir puentes portátiles, que conocía las técnicas para realizar bombardeos y el cañón, que podía hacer barcos así como vehículos acorazados, catapultas y otras máquinas de guerra y que incluso podía realizar esculturas en mármol, bronce y terracota. De hecho, sirvió al duque como ingeniero en sus numerosas empresas militares y también como arquitecto.
Regresó a Florencia en 1500. En 1506 Leonardo regresó a Milán al servicio del gobernador francés Carlos II Chaumont, mariscal de Amboise. Al año siguiente fue nombrado pintor de la corte de Luis XII de Francia, que residía por entonces en la ciudad italiana. Durante los seis años siguientes Leonardo repartió su tiempo entre Milán y Florencia,
Desde 1514 a 1516 Leonardo vivió en Roma bajo el mecenazgo de Giuliano de Médicis, hermano del papa León X. Se alojaba en el Palacio del Belvedere en el Vaticano, ocupándose fundamentalmente de experimentos científicos y técnicos.
En 1516 se traslada a Francia a la corte de Francisco I, donde pasó sus últimos años en el castillo de Cloux, cerca de Amboise, en el que murió el 2 de mayo de 1519.
Aunque Leonardo dejara gran parte de su producción pictórica inacabada, fue un artista extremadamente innovador e influyente. Al comienzo de su trayectoria su estilo es similar al de Verrocchio, pero poco a poco abandonó la manera del maestro en lo que ésta tenía de rigidez o dureza de líneas en el tratamiento de las figuras y evolucionó hacia un estilo más libre, de modelado más suave en el que incluyó efectos atmosféricos.
En sus obras destacan dos rasgos: el sfumato y el claroscuro de los que Leonardo fue uno de los primeros grandes maestros.
Especialmente interesantes en la pintura de Leonardo son los fondos de paisaje, en los que introduce la perspectiva atmosférica (creación de efectos de lejanía aplicando el sfumato y otros recursos ambientales).
Un creador en todas las ramas del arte, un descubridor en la mayoría de los campos de la ciencia, un innovador en el terreno tecnológico, Leonardo merece por ello, quizá más que ningún otro, el título de Homo universalis.
Artista florentino y uno de los grandes maestros del Renacimiento, famoso como pintor, escultor, arquitecto, ingeniero y científico. Su profundo amor por el conocimiento y la investigación fue la clave tanto de su comportamiento artístico como científico. Sus innovaciones en el campo de la pintura determinaron la evolución del arte italiano durante más de un siglo después de su muerte; sus investigaciones científicas -sobre todo en las áreas de anatomía, óptica e hidráulica- anticiparon muchos de los avances de la ciencia moderna.
Leonardo nació el 15 de abril de 1452 en el pueblo toscano de Vinci, próximo a Florencia. Hijo de un rico notario florentino y de una campesina, a mediados de la década de 1460 la familia se instaló en Florencia, donde Leonardo recibió la más exquisita educación que esta ciudad, centro artístico e intelectual de Italia, podía ofrecer. Leonardo era elegante, persuasivo en la conversación y un extraordinario músico e improvisador. Hacia 1466 acude a formarse al taller de Andrea del Verrocchio, figura principal de su época en el campo de la pintura y escultura. Junto a éste, Leonardo se inicia en diversas actividades, desde la pintura de retablos y tablas hasta la elaboración de grandes proyectos escultóricos en mármol y bronce. En 1472 entra a formar parte del gremio de pintores de Florencia y en 1476 todavía se le menciona como ayudante de Verrocchio,
En 1482 Leonardo entra al servicio de Ludovico Sforza, duque de Milán, tras haberle escrito una carta en la que el artista se ofrecía como pintor, escultor, arquitecto, además de ingeniero, inventor e hidráulico y donde afirmaba que podía construir puentes portátiles, que conocía las técnicas para realizar bombardeos y el cañón, que podía hacer barcos así como vehículos acorazados, catapultas y otras máquinas de guerra y que incluso podía realizar esculturas en mármol, bronce y terracota. De hecho, sirvió al duque como ingeniero en sus numerosas empresas militares y también como arquitecto.
Regresó a Florencia en 1500. En 1506 Leonardo regresó a Milán al servicio del gobernador francés Carlos II Chaumont, mariscal de Amboise. Al año siguiente fue nombrado pintor de la corte de Luis XII de Francia, que residía por entonces en la ciudad italiana. Durante los seis años siguientes Leonardo repartió su tiempo entre Milán y Florencia,
Desde 1514 a 1516 Leonardo vivió en Roma bajo el mecenazgo de Giuliano de Médicis, hermano del papa León X. Se alojaba en el Palacio del Belvedere en el Vaticano, ocupándose fundamentalmente de experimentos científicos y técnicos.
En 1516 se traslada a Francia a la corte de Francisco I, donde pasó sus últimos años en el castillo de Cloux, cerca de Amboise, en el que murió el 2 de mayo de 1519.
Aunque Leonardo dejara gran parte de su producción pictórica inacabada, fue un artista extremadamente innovador e influyente. Al comienzo de su trayectoria su estilo es similar al de Verrocchio, pero poco a poco abandonó la manera del maestro en lo que ésta tenía de rigidez o dureza de líneas en el tratamiento de las figuras y evolucionó hacia un estilo más libre, de modelado más suave en el que incluyó efectos atmosféricos.
En sus obras destacan dos rasgos: el sfumato y el claroscuro de los que Leonardo fue uno de los primeros grandes maestros.
Especialmente interesantes en la pintura de Leonardo son los fondos de paisaje, en los que introduce la perspectiva atmosférica (creación de efectos de lejanía aplicando el sfumato y otros recursos ambientales).
Un creador en todas las ramas del arte, un descubridor en la mayoría de los campos de la ciencia, un innovador en el terreno tecnológico, Leonardo merece por ello, quizá más que ningún otro, el título de Homo universalis.
Rafael de Sanzio (1483-1520)
RAFAEL DE SANZIO
(1483-1520)
PINTURA RENACENTISTA ITALIANA
ESCUELA FLORENTINA
Pintor renacentista italiano considerado como uno de los más grandes e influyentes artistas de todos los tiempos. Su nombre completo era Rafael Sanzio de Urbino. Nació en Urbino y su primera formación la adquirió de su padre, el pintor Giovanni Santi.
Es un pintor idealista que se va formando con las influencias de sus maestros y contemporáneos (Perugino, Leonardo, Miguel Ángel), influencias que asimila y que sintetiza en un estilo muy personal, impregnado de calma y dulzura, con composiciones donde están presentes el orden y la simetría.
Realizó obras de temática muy diversa: religiosa, pagana y retratos.
En 1499 se trasladó a Perugia, en Umbría, y se convirtió en pupilo y ayudante del pintor Perugino. Rafael realizó durante este periodo obras en un estilo muy próximo al de su maestro.
En 1504 Rafael se trasladó a Florencia, donde estudió la obra de reconocidos pintores contemporáneos suyos como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Fra Bartolommeo, de los que aprendió sus métodos de plasmación de luces y sombras, sus estudios anatómicos y actitudes dramáticas. En esta época Rafael realizó un cambio estilístico desde la composición geométrica y el énfasis en la perspectiva hacia una manera más natural y suave de pintar. Su evolución durante el periodo florentino puede seguirse a través de sus numerosas madonnas (vírgenes).
En 1508 Rafael se trasladó a Roma, requerido por el Papa Julio II, quien le encarga la decoración mural de cuatro pequeñas estancias (habitaciones) en el Palacio del Vaticano.
Tras la muerte del Papa Julio II en 1513 y el ascenso de León X aumentan la influencia y las responsabilidades de Rafael. Se le nombra Maestro Mayor de la Basílica de San Pedro en 1514, y un año después se le pone al frente de la dirección de todas las excavaciones arqueológicas en Roma y alrededores.
Rafael murió en 1520 en Roma, cuando sólo contaba 37 años.
Pintor renacentista italiano considerado como uno de los más grandes e influyentes artistas de todos los tiempos. Su nombre completo era Rafael Sanzio de Urbino. Nació en Urbino y su primera formación la adquirió de su padre, el pintor Giovanni Santi.
Es un pintor idealista que se va formando con las influencias de sus maestros y contemporáneos (Perugino, Leonardo, Miguel Ángel), influencias que asimila y que sintetiza en un estilo muy personal, impregnado de calma y dulzura, con composiciones donde están presentes el orden y la simetría.
Realizó obras de temática muy diversa: religiosa, pagana y retratos.
En 1499 se trasladó a Perugia, en Umbría, y se convirtió en pupilo y ayudante del pintor Perugino. Rafael realizó durante este periodo obras en un estilo muy próximo al de su maestro.
En 1504 Rafael se trasladó a Florencia, donde estudió la obra de reconocidos pintores contemporáneos suyos como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Fra Bartolommeo, de los que aprendió sus métodos de plasmación de luces y sombras, sus estudios anatómicos y actitudes dramáticas. En esta época Rafael realizó un cambio estilístico desde la composición geométrica y el énfasis en la perspectiva hacia una manera más natural y suave de pintar. Su evolución durante el periodo florentino puede seguirse a través de sus numerosas madonnas (vírgenes).
En 1508 Rafael se trasladó a Roma, requerido por el Papa Julio II, quien le encarga la decoración mural de cuatro pequeñas estancias (habitaciones) en el Palacio del Vaticano.
Tras la muerte del Papa Julio II en 1513 y el ascenso de León X aumentan la influencia y las responsabilidades de Rafael. Se le nombra Maestro Mayor de la Basílica de San Pedro en 1514, y un año después se le pone al frente de la dirección de todas las excavaciones arqueológicas en Roma y alrededores.
Rafael murió en 1520 en Roma, cuando sólo contaba 37 años.
Piero della Francesca (1420-1492)
P. DELLA FRANCESCA
(1420-1492)
PINTURA RENACENTISTA ITALIANA
ESCUELA DE UMBRÍA
Piero della Francesca (1420-92). Pintor italiano del temprano renacimiento. Fue el pintor más importante del periodo central del quattrocento y también el primero en intentar aplicar de manera sistemática la perspectiva geométrica a la pintura.
Nació en Borgo San Sepolcro, un pequeño pueblo del sur de la Toscana, hacia 1420. Parece que estudió arte en Florencia, aunque desarrolló su carrera en otras ciudades entre las que destacan Roma, Urbino, Ferrara, Rímini y Arezzo.
A las influencias artísticas recibidas de otros artistas italianos, añadió un innato sentido del orden y la claridad.
Atraído por las leyes de la perspectiva y de la proporción postuladas por Alberti, consigue representar con gran perfección las formas y los volúmenes, escribiendo tratados sobre geometría y perspectiva, además de reflejar ambos temas en sus obras.
Concibió la figura humana como un volumen cuya correcta articulación en el espacio es posible gracias a una rigurosa construcción plástica y a una utilización nueva de la luz. Los personajes, de gran corporeidad, con aspecto escultórico, contribuyen en la construcción de la perspectiva espacial en la que se percibe la concepción geométrica.
Casi todas sus obras son de carácter religioso, aunque su sereno y noble díptico del duque de Urbino en el que retrata a Federico de Montefeltro y su mujer Battista Sforza (1465, Uffizi, Florencia) es una de sus pinturas más famosas.
Piero della Francesca (1420-92). Pintor italiano del temprano renacimiento. Fue el pintor más importante del periodo central del quattrocento y también el primero en intentar aplicar de manera sistemática la perspectiva geométrica a la pintura.
Nació en Borgo San Sepolcro, un pequeño pueblo del sur de la Toscana, hacia 1420. Parece que estudió arte en Florencia, aunque desarrolló su carrera en otras ciudades entre las que destacan Roma, Urbino, Ferrara, Rímini y Arezzo.
A las influencias artísticas recibidas de otros artistas italianos, añadió un innato sentido del orden y la claridad.
Atraído por las leyes de la perspectiva y de la proporción postuladas por Alberti, consigue representar con gran perfección las formas y los volúmenes, escribiendo tratados sobre geometría y perspectiva, además de reflejar ambos temas en sus obras.
Concibió la figura humana como un volumen cuya correcta articulación en el espacio es posible gracias a una rigurosa construcción plástica y a una utilización nueva de la luz. Los personajes, de gran corporeidad, con aspecto escultórico, contribuyen en la construcción de la perspectiva espacial en la que se percibe la concepción geométrica.
Casi todas sus obras son de carácter religioso, aunque su sereno y noble díptico del duque de Urbino en el que retrata a Federico de Montefeltro y su mujer Battista Sforza (1465, Uffizi, Florencia) es una de sus pinturas más famosas.
Sandro Botticelli (1444-1510)
SANDRO BOTTICELLI
(1444-1510)
PINTURA RENACENTISTA ITALIANA
ESCUELA FLORENTINA
Su verdadero nombre era Alessandro di Mariano Filipepi. Fue uno de los pintores más destacados del renacimiento florentino. Desarrolló un estilo personalísimo, caracterizado por la elegancia de su trazo, su carácter melancólico y la fuerza expresiva de sus líneas.
Botticelli, hijo de un curtidor, nació en Florencia. Fue discípulo de Fra Filippo Lippi. Trabajó con el pintor y grabador Antonio del Pollaiuolo, del que aprendió el dominio de la línea y también recibió gran influencia de Andrea del Verrocchio. Hacia 1470 Botticelli ya tenía su propio taller. Dedicó casi toda su vida a trabajar para las grandes familias florentinas, especialmente los Médicis, para los que pintó retratos, entre los que destaca su Retrato de Giuliano de Medici (1475-1476, Galería Nacional de Arte, Washington, D.C.). La adoración de los Magos (1476- 1477, Galería de los Uffizi, Florencia) no fue encargo de los Médicis pero en él pintó a los personajes con rasgos muy parecidos a los de dicha familia.
Como integrante del brillante círculo intelectual y artístico de la corte de Lorenzo de Médicis, Botticelli recibió la influencia del neoplatonismo cristiano de ese círculo, que pretendía conciliar las ideas cristianas con las clásicas. Esa síntesis se expresa en La primavera (c. 1478) y en El nacimiento de Venus (posteriores a 1482), dos obras realizadas para una de las villas de la familia Médicis, que hoy se hallan en la Galería de los Uffizi y que, probablemente, son las obras más conocidas de Botticelli. Aunque los expertos no han llegado a la interpretación definitiva de estos dos cuadros, sus elegantes personajes, que forman diseños lineales abstractos bañados por una suave luz dorada, podrían representar a Venus como símbolo del amor tanto cristiano como pagano. Dentro de este ámbito profano también destaca la serie de cuatro cuadros Nastaglio degli Honesti (Museo del Prado, Madrid), donde recrea una de las historias del Decamerón, de Bocaccio.
Botticelli también pintó temas religiosos, principalmente tablas de Vírgenes, como La Virgen escribiendo el Magnificat (década de 1480), La Virgen de la granada (década de 1480) y La coronación de la Virgen (1490), todas ellas en los Uffizi, y Virgen con el niño y dos santos (1485, Staatliche Museen, Berlín). Entre sus otras obras de tema religioso destacan San Sebastián (1473- 1474, Staatliche Museen) y un fresco sobre San Agustín (1480, Ognissanti, Florencia).
En 1481 Botticelli fue uno de los artistas llamados a Roma para trabajar en la decoración de la Capilla Sixtina del Vaticano, donde pintó los frescos Las pruebas de Moisés, El castigo de los rebeldes y La tentación de Cristo.
En la década de 1490, cuando los Médicis fueron expulsados de Florencia y el monje dominico Girolamo Savonarola predicaba la austeridad y la reforma, Botticelli sufrió una crisis religiosa, aunque no abandonó la ciudad, donde moriría el 17 de mayo de 1510.
Sus obras posteriores, como la Pietá (principios de la década de 1490, Museo Poldi Pezzoli, Milán) y sobre todo la Natividad mística (década de 1490, National Gallery, Londres) y la Crucifixión mística (c. 1496, Fogg Art Museum, Cambridge, Massachusetts) expresan una intensa devoción religiosa, y un cambio en el desarrollo de su estilo.
Su verdadero nombre era Alessandro di Mariano Filipepi. Fue uno de los pintores más destacados del renacimiento florentino. Desarrolló un estilo personalísimo, caracterizado por la elegancia de su trazo, su carácter melancólico y la fuerza expresiva de sus líneas.
Botticelli, hijo de un curtidor, nació en Florencia. Fue discípulo de Fra Filippo Lippi. Trabajó con el pintor y grabador Antonio del Pollaiuolo, del que aprendió el dominio de la línea y también recibió gran influencia de Andrea del Verrocchio. Hacia 1470 Botticelli ya tenía su propio taller. Dedicó casi toda su vida a trabajar para las grandes familias florentinas, especialmente los Médicis, para los que pintó retratos, entre los que destaca su Retrato de Giuliano de Medici (1475-1476, Galería Nacional de Arte, Washington, D.C.). La adoración de los Magos (1476- 1477, Galería de los Uffizi, Florencia) no fue encargo de los Médicis pero en él pintó a los personajes con rasgos muy parecidos a los de dicha familia.
Como integrante del brillante círculo intelectual y artístico de la corte de Lorenzo de Médicis, Botticelli recibió la influencia del neoplatonismo cristiano de ese círculo, que pretendía conciliar las ideas cristianas con las clásicas. Esa síntesis se expresa en La primavera (c. 1478) y en El nacimiento de Venus (posteriores a 1482), dos obras realizadas para una de las villas de la familia Médicis, que hoy se hallan en la Galería de los Uffizi y que, probablemente, son las obras más conocidas de Botticelli. Aunque los expertos no han llegado a la interpretación definitiva de estos dos cuadros, sus elegantes personajes, que forman diseños lineales abstractos bañados por una suave luz dorada, podrían representar a Venus como símbolo del amor tanto cristiano como pagano. Dentro de este ámbito profano también destaca la serie de cuatro cuadros Nastaglio degli Honesti (Museo del Prado, Madrid), donde recrea una de las historias del Decamerón, de Bocaccio.
Botticelli también pintó temas religiosos, principalmente tablas de Vírgenes, como La Virgen escribiendo el Magnificat (década de 1480), La Virgen de la granada (década de 1480) y La coronación de la Virgen (1490), todas ellas en los Uffizi, y Virgen con el niño y dos santos (1485, Staatliche Museen, Berlín). Entre sus otras obras de tema religioso destacan San Sebastián (1473- 1474, Staatliche Museen) y un fresco sobre San Agustín (1480, Ognissanti, Florencia).
En 1481 Botticelli fue uno de los artistas llamados a Roma para trabajar en la decoración de la Capilla Sixtina del Vaticano, donde pintó los frescos Las pruebas de Moisés, El castigo de los rebeldes y La tentación de Cristo.
En la década de 1490, cuando los Médicis fueron expulsados de Florencia y el monje dominico Girolamo Savonarola predicaba la austeridad y la reforma, Botticelli sufrió una crisis religiosa, aunque no abandonó la ciudad, donde moriría el 17 de mayo de 1510.
Sus obras posteriores, como la Pietá (principios de la década de 1490, Museo Poldi Pezzoli, Milán) y sobre todo la Natividad mística (década de 1490, National Gallery, Londres) y la Crucifixión mística (c. 1496, Fogg Art Museum, Cambridge, Massachusetts) expresan una intensa devoción religiosa, y un cambio en el desarrollo de su estilo.
Fra Angélico (1387-1455)
FRA ANGELICO (1387-1455)
PINTURA RENACENTISTA ITALIANA
ESCUELA FLORENTINA
Fra Giovanne de Frisole o Fray Angélico, nació en Vicchio, pueblo cercano a Florencia, en 1387 y falleció en Roma en 1455.
Ya antes de ingresar, a los 20 años de edad, a la Orden de Santo Domingo, había demostrado su placer por la pintura. Pasó su noviciado en Cortona y, desterrados de Fiesole los frailes de su comunidad, pudo estudiar, teniendo a la vista el lago Trasimeno, los frescos del Giotto en Foligno, cerca de Asís, en la región de Umbría.
Los temas de Fray Angélico son siempre religiosos. Aunque no buscó innovaciones en una técnica que podía pensarse superada, sus tablas y frescos conservan el brillo y la frescura que exhibían al tiempo de darles la última pincelada.
Realizó muchos retablos para altares, que se conservan en buen estado. Los desarrollaba según la idea de una única composición central, con hermosas predellas o fajas de composiciones en miniatura a modo de pedestal de innumerables figuras minuciosamente detalladas hasta en los mínimos aspectos de su fisonomía y su ropaje sobre fondos claros, dorados o celestes, en una gama multicolor resuelta en la profusión de la luz.
Son obra del fraile los frescos del Convento de San Marcos que los dominicos poseían en Florencia, con una figura de un santo dominico en cada celda a modo de ejemplo para su futuro ocupante o con escenas del Evangelio, resplandeciendo en el corredor dos maravillosos frescos, el de la Virgen en perspectiva de pilastras y el de la Anunciación.
Su fama hizo que lo requiriera el Papa en Roma. Intacta se conserva en el Vaticano la capilla privada del Papa Nicolás V, completamente pintada por Fray Angélico, con escenas de la vida del primer mártir cristiano, San Esteban, y de San Lorenzo, también mártir.
En el Convento de San Marcos se conservan otras de sus obras, desde La Crucifixión de la Sala Capitular hasta las imágenes de los principales santos de la Orden ubicadas encima de las puertas del claustro, constituyendo estos frescos el conjunto más importante de las obras de quien murió en Roma y fue sepultado en la Iglesia de la Minerva, honrando su tumba el Papa humanista Nicolás V con el epitafio que escribió para él.
Dejó discípulos como Benozzo Gozzoli, que mantuvo los colores brillantes, la gracia ingenua y el detalle en las figuras.
Fra Giovanne de Frisole o Fray Angélico, nació en Vicchio, pueblo cercano a Florencia, en 1387 y falleció en Roma en 1455.
Ya antes de ingresar, a los 20 años de edad, a la Orden de Santo Domingo, había demostrado su placer por la pintura. Pasó su noviciado en Cortona y, desterrados de Fiesole los frailes de su comunidad, pudo estudiar, teniendo a la vista el lago Trasimeno, los frescos del Giotto en Foligno, cerca de Asís, en la región de Umbría.
Los temas de Fray Angélico son siempre religiosos. Aunque no buscó innovaciones en una técnica que podía pensarse superada, sus tablas y frescos conservan el brillo y la frescura que exhibían al tiempo de darles la última pincelada.
Realizó muchos retablos para altares, que se conservan en buen estado. Los desarrollaba según la idea de una única composición central, con hermosas predellas o fajas de composiciones en miniatura a modo de pedestal de innumerables figuras minuciosamente detalladas hasta en los mínimos aspectos de su fisonomía y su ropaje sobre fondos claros, dorados o celestes, en una gama multicolor resuelta en la profusión de la luz.
Son obra del fraile los frescos del Convento de San Marcos que los dominicos poseían en Florencia, con una figura de un santo dominico en cada celda a modo de ejemplo para su futuro ocupante o con escenas del Evangelio, resplandeciendo en el corredor dos maravillosos frescos, el de la Virgen en perspectiva de pilastras y el de la Anunciación.
Su fama hizo que lo requiriera el Papa en Roma. Intacta se conserva en el Vaticano la capilla privada del Papa Nicolás V, completamente pintada por Fray Angélico, con escenas de la vida del primer mártir cristiano, San Esteban, y de San Lorenzo, también mártir.
En el Convento de San Marcos se conservan otras de sus obras, desde La Crucifixión de la Sala Capitular hasta las imágenes de los principales santos de la Orden ubicadas encima de las puertas del claustro, constituyendo estos frescos el conjunto más importante de las obras de quien murió en Roma y fue sepultado en la Iglesia de la Minerva, honrando su tumba el Papa humanista Nicolás V con el epitafio que escribió para él.
Dejó discípulos como Benozzo Gozzoli, que mantuvo los colores brillantes, la gracia ingenua y el detalle en las figuras.
Juan Van Eyck (1385?-1442)
JUAN VAN EYCK (1385?-1442)
PINTURA FLAMENCA
GÓTICO-RENACENTISTA
Trabajó en Brujas y, junto con Robert Campin en Tournai, fue fundador de la Ars Nova (arte nuevo), estilo pictórico del gótico tardío en el siglo XV, que anuncia el renacimiento en el norte de Europa. Este periodo del arte flamenco se caracteriza por el naturalismo de vívidos colores al óleo, la meticulosidad de los detalles, la precisión de las texturas y por el logro de la ilusión óptica de espacios tridimensionales sobre superficies bidimensionales.
Es probable que Jan van Eyck haya nacido en Maaseik hacia 1385 y falleció en julio de 1442.
En 1425 Felipe el Bueno, duque de Borgoña, le nombró pintor de la corte, cargo que conservó hasta su muerte. La relación que mantenía con el duque era tan buena que éste le encargó algunas misiones diplomáticas secretas, le hizo regalos por el bautismo de uno de sus hijos e incluso intercedió por él al enterarse de que tenía problemas para cobrar su sueldo.
Lo poco que se sabe de su primera época hace que se dé gran importancia a la relación artística que mantenía con su hermano Hubert quien pudo participar en la pintura de algunas obras que parecen ser de la primera época de van Eyck. Entre las que se atribuyen a ambos destaca el monumental Retablo de Gante (1432, catedral de San Bavón, Gante), cuyos numerosos paneles exteriores se abren para mostrar El Cordero Místico, pintado para la capilla de Jodocus Vyd. Una cuarteta en latín, copia de la original que figuraba en este retablo, afirma que Hubert comenzó la obra y la acabó Jan. Los historiadores del arte suponen que Jan reunió los paneles que Hubert tenía comenzados antes de su muerte en 1426, añadió otros nuevos de su propia creación y los ensambló todos en la capilla de Vyd.
De Jan van Eyck se conservan cuidadosamente firmadas y fechadas entre 1432 y 1439 nueve obras; cuatro de ellas son de tema religioso como La Virgen del canónigo van der Paele (1436, Museo Groeninge, Brujas) y las otras 5 retratos como el de Giovanni Arnolfini y su esposa (1434, National Gallery, Londres). Aunque se le han atribuido numerosas tablas sin firma, ni siquiera una docena se ha comprobado que sean obra suya. En este grupo se incluyen, además del Retablo de Gante, La Virgen y el Niño con el canciller Rolin (1435, Museo del Louvre, París) y el retrato del Cardenal Nicolo Albergati (c. 1438, Kunsthistorisches Museum, Viena).
La asombrosa habilidad técnica de van Eyck y la precisión en los detalles, reproducidos cuidadosamente, fueron muy admiradas por sus contemporáneos. Sus compatriotas todavía le seguían considerando el rey de los pintores en el siglo XVI.
Trabajó en Brujas y, junto con Robert Campin en Tournai, fue fundador de la Ars Nova (arte nuevo), estilo pictórico del gótico tardío en el siglo XV, que anuncia el renacimiento en el norte de Europa. Este periodo del arte flamenco se caracteriza por el naturalismo de vívidos colores al óleo, la meticulosidad de los detalles, la precisión de las texturas y por el logro de la ilusión óptica de espacios tridimensionales sobre superficies bidimensionales.
Es probable que Jan van Eyck haya nacido en Maaseik hacia 1385 y falleció en julio de 1442.
En 1425 Felipe el Bueno, duque de Borgoña, le nombró pintor de la corte, cargo que conservó hasta su muerte. La relación que mantenía con el duque era tan buena que éste le encargó algunas misiones diplomáticas secretas, le hizo regalos por el bautismo de uno de sus hijos e incluso intercedió por él al enterarse de que tenía problemas para cobrar su sueldo.
Lo poco que se sabe de su primera época hace que se dé gran importancia a la relación artística que mantenía con su hermano Hubert quien pudo participar en la pintura de algunas obras que parecen ser de la primera época de van Eyck. Entre las que se atribuyen a ambos destaca el monumental Retablo de Gante (1432, catedral de San Bavón, Gante), cuyos numerosos paneles exteriores se abren para mostrar El Cordero Místico, pintado para la capilla de Jodocus Vyd. Una cuarteta en latín, copia de la original que figuraba en este retablo, afirma que Hubert comenzó la obra y la acabó Jan. Los historiadores del arte suponen que Jan reunió los paneles que Hubert tenía comenzados antes de su muerte en 1426, añadió otros nuevos de su propia creación y los ensambló todos en la capilla de Vyd.
De Jan van Eyck se conservan cuidadosamente firmadas y fechadas entre 1432 y 1439 nueve obras; cuatro de ellas son de tema religioso como La Virgen del canónigo van der Paele (1436, Museo Groeninge, Brujas) y las otras 5 retratos como el de Giovanni Arnolfini y su esposa (1434, National Gallery, Londres). Aunque se le han atribuido numerosas tablas sin firma, ni siquiera una docena se ha comprobado que sean obra suya. En este grupo se incluyen, además del Retablo de Gante, La Virgen y el Niño con el canciller Rolin (1435, Museo del Louvre, París) y el retrato del Cardenal Nicolo Albergati (c. 1438, Kunsthistorisches Museum, Viena).
La asombrosa habilidad técnica de van Eyck y la precisión en los detalles, reproducidos cuidadosamente, fueron muy admiradas por sus contemporáneos. Sus compatriotas todavía le seguían considerando el rey de los pintores en el siglo XVI.
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